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HOLA

domingo, 3 de julio de 2011

Mónaco feliz por la boda del príncipe Alberto con Charlene Wittstock

Mónaco se engalanó para la boda del príncipe Alberto con Charlene Wittstock

Han pasado 55 años de la boda de ensueño de Raniero III con la princesa Gracia y el Principado se ha vuelto a llenar de glamour, de lujo y de belleza para celebrar las nupcias de su actual soberano con la ex nadadora olímpica




Alberto de Mónaco y Charlene Wittstock se dieron el esperado “oui, je veux" , o lo que es lo mismo, el ansiado "sí, quiero" y en el Principado se trabajó a marchas forzadas para que todo luciera perfecto. En las calles siguen ondeando los colores rojo y blanco y las tiendas del barrio de La Condamine, el centro comercial de la ciudad, adornan sus escaparates con los souvenirs oficiales de la boda y con simpáticas pancartas en las que pueden leerse mensajes como ¡Viva el príncipe y la princesa!



Durante estos días de celebraciones, las puertas de las principales tiendas de Mónaco permanecieron abiertas con el objetivo de atraer al mayor número de clientes. El enlace de Alberto y Charlene es un hecho histórico para el Principado pero también una fuente de ingresos para todos sus habitantes. "La boda del príncipe nos beneficia a todos y lo estamos viviendo como si se casara alguien de nuestra familia", confiesa el propietario de una tienda de La Condamine. Por eso, en algunas de ellas celebraron la unión de su actual soberano con la ex nadadora olímpica lanzando globos blancos y rojos (colores de la bandera de Mónaco) mientras que en otras se brindó con champán por los recién casados.



Pero lo que más llama la atención en este ambiente festivo es la iluminación y decoración de los monumentos monegascos más emblemáticos. Aparte de las banderas y los efectos luminosos, más de 12.000 flores decoran los escenarios por los que Alberto y Charlene pasearon su amor desde el jueves 30 de junio hasta el sábado 2 de julio.

El florista Christian Carlesi-Sorasio ha sido el encargado de embellecerlos con flores elegidas en su totalidad por los novios reales. Su abuelo fue el encargado de la decoración floral del enlace de Raniero III con la princesa Gracia y fue todo un orgullo para él que el príncipe Alberto le eligiera para su boda. Sin duda, es una bonita manera de rendir homenaje a sus padres y otra muestra más del gran protagonismo que tienen los ciudadanos de Mónaco en estas nupcias. El Palacio Grimaldi, el Casino de Montecarlo, la Ópera Garnier... cada escenario ha sido decorado de una menera distinta aunque los novios se decantaron desde un primer momento por flores blancas. "En el Palacio destacan las girnaldas compuestas de rosas, hortensias, lirios y una flor típica de Sudáfrica, en honor a Charlene", adelanta Christian.



Las celebraciones por la boda del príncipe Alberto y Charlene Wittstock comenzaron el jueves con el concierto en el Estadio Louis II



y concluyeron el sábado con un espectáculo de fuegos artificiales en honor a los recién casados.














La boda real de Mónaco

Lejos de la pompa que dominó el casamiento de Guillermo de Inglaterra y Kate Middleton, la boda del príncipe de Mónaco se perfila como un acontecimiento donde reinarán la espontaneidad, la diversión y la elegancia. En el palacio reina la paz: en una entrevista al semanario francés «Le Journal du Dimanche» Charlene Wittstock, la novia sudafricana, se confiesa "serena", mientras que Alberto está "sin ningún estrés particular".

Veintidós casas reales del mundo recibieron invitaciones, y esta vez sí estarán presentes, al contrario de lo que sucedió hace 55 años. Para el casamiento de Rainiero III con Grace Kelly, las monarquías europeas les dieron la espalda y boicotearon, con su ausencia, la ceremonia. No consentían que un príncipe se casara con una norteamericana plebeya, y para colmo, actriz.

Por el contrario, parece que Alberto II estará rodeado de sangre azul el día de su boda. Los príncipes herederos de Dinamarca y los Reyes de Suecia con toda su familia confirmaron su presencia, y se sentarán muy cerca del presidente francés, Nicolas Sarkozy, y su esposa, Carla Bruni.

El puntapié inicial será el jueves 30, cuando miles de periodistas mundiales acreditados asistan a una conferencia de prensa en la playa del Hotel Méridien de Mónaco. Esa noche, el Estadio Louis II será escenario de un concierto espectacular al que están invitados los monegascos, los extranjeros que trabajan en Mónaco y algunas de las comunidades vecinas. Más de 15 mil personas podrán disfrutar de la música de la banda de rock "Eagles" en un concierto que durará dos horas.

El 1 de julio a las 17 horas - hora local- la pareja hará entrada en el Salón del Trono del palacio para su boda civil. Ante el Ministro de Justicia, Philippe Narmino, firmarán los registros con un bolígrafo con incrustaciones de piedras preciosas.

La firma servirá para convertir a la campeona olímpica de natación, Charlene Wittstock, en "Su Alteza Serenísima la Princesa de Mónaco". El príncipe la presentará desde el emblemático balcón del palacio a sus súbditos, y sonará por primera vez el "Himno a la princesa", compuesto para la ocasión y entonado por 24 músicos de la Fanfarria de Carabineros que tocarán trompetas de plata.

Los ciudadanos están invitados, un rato después, a una recepción al aire libre en la plaza que está frente al palacio, y degustarán un buffet preparado por el elitista restaurante "Fairmont Monte-Carlo", compuesto de platos mediterráneos y algunos típicos de Sudáfrica, en honor a la novia. Además, brindarán con botellas exclusivas de Champagne Perrier-Jouet.

Por la noche, habrá en el puerto un espectáculo musical único y gratuito a cargo del célebre compositor francés Jean Michel Jarre. Jarre, que en su momento contribuyó al desarrollo de la revolucionaria música electrónica, e ideó un show futurista que incluirá luces de láser, vídeos en alta definición y pirotecnia.

La frutilla del postre será el 2 de julio, a las 17 horas. En una celebración totalmente atípica en la realeza europea -al aire libre y con todo el país como invitado- el arzobispo católico de Mónaco bendecirá a a la pareja. El patio del palacio será una especie de jardín artificial adornado de rosas, hortensias, lirios y orquídeas. La República del Ecuador envió como regalo 9.000 rosas.

Tras un paseo en un lujosísimo automóvil descapotable (un Lexus LS 600h) en la espléndida Sala Garnier de la Ópera de Montecarlo se celebrará la cena oficial que pondrá el broche de oro a tres días de celebraciones por todo lo alto.

Según informaciones del diario «Nice Matin», el prestigioso chef francés Alain Duccase es el encargado de preparar la cena. Este cocinero tiene varios restaurantes en París y Montecarlo y fue galardonado a lo largo de su carrera con varias estrellas Michelín. Paralelamente, habrá otra cena de gala organizada por la empresa portuaria SBM (Societé des Bains de Mar) en el célebre Museo Oceanográfico.

En los salones del primer piso del museo se instalarán treinta y ocho mesas redondas destinadas a albergar a sesenta privilegiados invitados. Media hora de fuegos artificiales y un baile servirán de broche de oro para lo que es, a la vez, un espectáculo y un necesario asunto de Estado.

El destino elegido por la pareja para su luna de miel es Sudáfrica. Allí tienen reservaciones en el lujoso hotel Oyster Box, a orillas del Índico, construido en 1869, según informó la revista «People». La suite tiene dos plantas, piscina privada y una terraza con salón con capacidad para diez invitados. Cuesta 7 mil dólares la noche.


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