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HOLA

miércoles, 2 de octubre de 2013

Cierra el NYC Opera + 2013


Decretada su liquidación
Adiós a la ópera de los 75 centavosNew York City Opera
  • La New York City Opera, que nació como la gozosa compañía de los pobres, anuncia su cierre

Plácido Domingo debutó en Nueva York interpretando al rey visigodo Don Rodrigo en una obra del argentino Alberto Ginastera, en febrero de 1966. Pero no lo hizo en la Metropolitan Opera sino en 'su hermana pobre': la New York City Opera, que nació con el objetivo de poner la música al alcance de cualquier bolsillo en 1943.
Las entradas de la temporada inaugural de la New York City Opera apenas costaban 75 centavos. Una cifra que llevó al alcalde Fiorello La Guardia a definirla como "la ópera del pueblo" y que ha ayudado a la compañía a sobrevivir durante siete décadas a base de descubrir jóvenes talentos como el propio Domingo, José Carreras o Beverly Sills.
La compañía pasa por horas bajas desde hace unos años. Pero eso no ha evitado que el anuncio de su quiebra haya sorprendido a sus seguidores, que no esperaban el ocaso inminente de la institución. "La compañía no ha logrado recaudar el dinero necesario y sus dirigentes darán los pasos necesarios para liquidarla a través del proceso de quiebra que establece la ley", desveló este martes una de sus portavoces con cierta frialdad.
La primera función de la New York City Opera se celebró el 21 de febrero de 1944. Su fundador fue el húngaro Laszlo Halasz, que dirigió en su primera velada 'Tosca' de Puccini y se ganó cierta reputación como músico en la ciudad. Los años convirtieron a la compañía en un lugar donde escuchar montajes originales sin las formalidades y los precios de la Metropolitan Ópera y con cantantes jóvenes pero con potencial.
La decisión de declarar la quiebra de la compañía la tomó el consejo de la institución, que a principios de mes había lanzado un SOS solicitando dinero a sus incondicionales para salvarla de la desaparición. El llamamiento apenas ha logrado recaudar un millón de euros. Entre ellos unos 100.000 aportados por algo menos de mil personas en una colecta digital.
"Si no recaudamos ese dinero, nos quedaremos sin opciones", decía hace unos días su director general George Steel.
El ocaso de la New York City Opera se inició hace ahora una década cuando la compañía todavía estrenaba sus obras en el Lincoln Center. Entonces, sus músicos interpretaban 115 representaciones anuales de 17 montajes distintos. Este año apenas tenían previstas 16 veladas de cuatro óperas que ya no se representarán.
La compañía neoyorquina celebró el sábado pasado su última función de la mano de 'Anna Nicole': una ópera que se estrenó en Covent Garden en 2011 y que narra la historia trágica de la legendaria conejita de 'Playboy'. Es un montaje chispeante y trufado de detalles ingeniosos que la crítica ha acogido con un entusiasmo colosal.


Pero el éxito de 'Anna Nicole' no ha logrado redimir el destino trágico de la compañía, que al igual que la heroína de la obra ha buscado sin éxito un millonario que la rescate antes de morir. Su presupuesto para este año rozaba los ocho millones de euros de los cuales apenas han recaudado dos. Un extremo que les ha obligado a suspender las otras tres óperas previstas: 'Endimione', 'El castillo de Barbazul' y 'Las bodas de Fígaro'.
La compañía cometió el error de pasar una temporada en blanco en 2008 por la renovación de su sede en el Upper West Side. Tres años después, sus responsables decidieron dejar el Lincoln Center para ahorrar costes y renegociaron los contratos de los miembros de su orquesta, que antes recibían un salario durante 29 semanas al año y ahora sólo cobran por ensayo y por función.


Los gestores de la ópera lograron entonces cuadrar las cuentas. Pero a costa de reducir su público, confundido por la condición itinerante de la compañía y por el fichaje fallido de Gerard Mortier, que renunció a dirigirla en noviembre de 2008 al darse cuenta que tenía la mitad del presupuesto prometido por la institución.
"Les dije que no con la mejor voluntad", dijo Mortier al anunciar su decisión a la presidenta del consejo Susan Baker, a la que había conocido durante una cena en el consulado francés de Nueva York. La intención de Mortier era atraer donantes con una primera temporada grandilocuente. Pero los responsables de la ópera le ofrecieron un presupuesto de unos 36 millones de dólares. Una cifra ridícula a la luz que manejan los grandes teatros de la vieja Europa.
"No puedo dirigir una compañía que tiene menos presupuesto que la compañía más pequeña de Francia", dijo entonces el director belga, que estaba a punto de concluir su mandato como director de la ópera parisina y que arrancó de la New York City Opera pese a su renuncia una indemnización de unos 335.000 dólares: unos 250.000 euros al cambio actual.
Mortier manejaba en la Ópera Nacional de París un presupuesto de unos 300 millones de dólares. Diez veces más que la partida que le ofrecía la ópera de Nueva York. Unos días después de su espantada, Mortier anunció su fichaje como director del Teatro Real y se llevó a Madrid dos proyectos que se proponía estrenar con la compañía de Manhattan:  “The perfect american” de Philip Glass sobre Walt Disney y el 'Brokeback Mountain' de Charles Wuorinen, que se estrenará en enero del año que viene en Madrid.
Fotos:
'Anna Nicole', la última producción de la NYC Opera.
El NY Center de la calle 55, el primer hogar de la NYC Opera.

http://www.elmundo.es/elmundo/2013/10/02/cultura/1380700746.html

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