Lunes, 21 de Enero 2013 | 3:03 pm
El tenor español es el intérprete clásico más famoso y admirado del mundo.
No se sabe cuando Plácido Domingo pisó por primera vez un escenario pues prácticamente él nació en uno. Su padre, un barítono ligero de ascendencia catalana, y su madre, soprano dramática vasca, partieron a una gira por Latinoamérica, cuando apenas tenía ocho años. Él por supuesto ya cantaba.
Desde entonces, su voz y su presencia escénica le han abierto las puertas de la Scala de Milán, la Ópera de París, el Covent Garden de Londres, los grandes teatros alemanes, las grabaciones, y el cine. Hoy cumple 72 años y es considerado el intérprete clásico más famoso y admirado del mundo.
Plácido quizá sea el más versátil de todos los tenores vivos. Su repertorio es muy variado y ha cantado principalmente en italiano, francés y alemán, así como obras de Handel y Mozart hasta Alberto Ginastera, Gustav Mahler y Tan Dun.
En escena ha interpretado más de noventa papeles diferentes, y si se incluyen las grabaciones, sobrepasa los ciento veinte. En 1990, junto a José Carreras y Luciano Pavarotti, el cantante español cambió la historia del negocio de la música clásica para siempre. Millones de espectadores vieron el espectáculo de los “Los tres tenores” por televisión y El disco sigue siendo el más exitoso de la historia de la música clásica, con más diez millones de copias vendidas. la fórmula los convirtió en estrellas planetarias.
Nuestro país no ha sido ajeno a su éxito y el año pasado Plácido Domingo fue el primer artista en cantar en nuestro Gran Teatro Nacional, y destacó las voces de nuestros intérpretes líricos peruanos.
Citando al propio artista, “Plácido Domingo no se detiene, porque si no se oxida”. Feliz cumpleaños, gran tenor.
Fuente: RPP.com
Plácido Domingo, protagonista de ‘I due Foscari’ en el Palau de Les Arts
Fecha de publicación: 21/01/2013
Robert Millard- Foscari LA Opera Domingo Meli
El Palau de les Arts Reina Sofía de Valencia estrena el próximo jueves 24 de enero un nuevo montaje de Verdi, "I due Foscari". Esta representación cuenta con el aliciente de Plácido Domingo en el papel protagonista.
Plácido Domingo debuta de esta forma en Europa como Francesco Foscari, un nuevo papel de barítono en su repertorio. Omer Meir Wellber asume la dirección musical de esta nueva producción que se presenta en una puesta en escena de Thaddeus Strassberger.
Fuente. Comunitaty valenciana.com
El increíble Plácido Domingo
Por Jorge Aráoz Badí - Enero 2013
P lácido Domingo cumple 72 años. Nadie piensa en él como un septuagenario. Es que se trata de un cantante que ha distorsionado la realidad. Ha conseguido llevar a extremos la lógica de la resistencia artística humana y puesto en duda las bases científicas de la teoría sobre la fatiga del material vocal. En su caso, es evidente que algo de aquella teoría está mal. Como excepción a la regla, lo que él hace es, simplemente, confirmarla.
¿Por qué otros cantantes no podrían llegar también a su edad con el nivel cualitativo ileso? Plácido es un modelo válido como el único contemporáneo que ha logrado una extensión tan notable de la vida interpretativa vocal. Entre los cantantes no hay muchos ejemplos históricos de supervivencia activa. Uno de los más comentados en las postrimerías del siglo veinte, fue el del tenor Alfredo Kraus, que vivió entre 1927 y 1999, y pudo exhibir, prácticamente intacto y entre otros memorables, su entrañable y radiante personaje del joven Werther.
Pero la diferencia entre los 72 años de Kraus y los 72 de Plácido está en la utilización del instrumento musical. Mientras el tenor canario custodiaba su cuerpo con ascetismo y moderación obsesivos, el madrileño lo expone a pruebas con una indiferencia evidente por todo lo que especialistas en el tratamiento vocal consideran de alto riesgo. Según los cálculos especializados en terapia vocal, nadie que cante todo como él lo hace, sin tregua, sin pausa y sin limitaciones aparentes, no tiene posibilidades de mantener un estado de salud vocal óptimo durante mucho tiempo.
Es difícil entender el fenómeno Plácido Domingo, porque su realidad les mueve el piso a todos los diagnósticos y profecías científicas. Primero fue un barítono que empezó cantando algunas zarzuelas y asomándose aquí y allá a la ópera. Después fue un tenor romántico con frecuentes incursiones inatacables en el repertorio de los tenores dramáticos. (En el Colón, empezó en 1972 con La forza del destino , siguió en el 79 con La Fanciulla del West , en el 81 con Otello , en el 82 con Tosca , en el 97 con Sansón y Dalila y en el 98 con Fedora ).
Es dueño de uno de los repertorios más variados de un cantante donde figuran, entre otros Turandot, Carmen, Il Trovatore, Los cuentos de Hoffmann, Cavallería y Pagliacci, Traviata, Ballo in maschera, Adriana Lecouvreur, Aida, Don Carlo, Andrea Chenier, Fausto y sigue la lista. Cuando ya tenía 50 años, hizo su ingreso en el drama wagneriano y mostró el acero de sus pulmones. Sus Lohengrin, Parsifal y Valquiria causaron sensación en la tierra de Wagner. Finalmente, agregó el Barroco. Casi no queda teatro de ópera en el mundo en el que no haya actuado. Además, con cierta asiduidad y reconocidos buenos resultados, se desempeña en la dirección orquestal. Como intérprete, nunca es rutinario, nunca se repite. Es un producto único. La providencia hizo este original y luego rompió el molde
Fuente. La Nacion.com
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