Al igual que en los últimos años, la princesa Estefanía de Mónaco y la mayor de sus hijas, Paulina, no han querido faltar a su cita con el circo y han vuelto a vivir su magia en la ceremonia inaugural del 35º Festival Internacional del Circo de Montecarlo, que presidieron junto a Alberto II de Mónaco.
Con las tradicionales bufandas de este circo, los tres hicieron su entrada y fueron recibidos por un grupo de payasos, aunque todas las miradas se centraron en Paulina, que a sus 16 años se ha convertido en toda una belleza. Madre e hija, muy sonrientes, compartieron muchas miradas cómplices que reflejan la buena relación que hay entre ellas. Para esta inauguración, Paulina lució un moderno look con un pantalón pitillo negro y unos altísimos zapatos de tacón negro con plataforma. En esta ocasión se ha echado en falta la presencia de Charlene Wittstock, que se ha convertido en el centro de atención en Mónaco por su próxima boda con el príncipe Alberto el próximo 2 de julio.
La familia Grimaldi siempre ha estado muy unida al mundo circense y en 1974 el príncipe Rainiero organizó este festival anual en Montecarlo, en el que se entregan los famosos payasos de oro, plata y bronce, que son considerados como los premios Oscar del circo. Años más tarde, Estefanía, que es presidenta honorífica de este certamen, siguió con la tradición de su padre y en cada edición se encarga de promocionarlo. La Princesa también ha inculcado su pasión por el circo a sus tres hijos, Luis, Paulina y Camila, tanto, que incluso la mayor de sus hijas participó en un espectáculo con elefantes en 2001, cuando Estefanía mantuvo una relación con el domador Franco Knie.
Este año ha sido Estefanía la que se ha subido a un elefante, ya que días antes de la inauguración del festival, que durará diez días, se ha encargado de promocionarlo y para ello se fotografió subida encima de uno mientras le daba de comer.
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